Teoría de la reforma

En el país queremos hacer reformas en el vacío, sin considerar el peso de los intereses de los actores que determinarán el calado y la intención de los cambios.

Hayami y Ruttan concluyen que “las innovaciones institucionales serán logradas si el retorno esperado por los promotores de la innovación excede el costo marginal de movilizar los recursos necesarios para introducirla. Si el retorno privado para los promotores es diferente del retorno social, la innovación institucional no será suministrada al óptimo nivel social “(caso de la reforma eléctrica, AMT). “Por tanto, siguen diciendo, el suministro de innovaciones institucionales depende críticamente de la estructura de poder o del equilibrio entre los intereses creados en una sociedad”.

Por eso, en un AM anterior llamaba la atención sobre la importancia de que el empresariado y los sectores sociales se unieran para nivelar el terreno ante los “intereses creados” de la corporación política. Esto vale para todo intento de reforma si se desea que las mismas tengan el retorno social deseado. De lo contrario, el cambio beneficiará sólo lo privado, incluyendo los intereses “privados” de los políticos.

Sin este equilibrio de fuerzas no es posible pensar en que los políticos, de todos los signos, van a regalar los privilegios que tienen ahora. El poder no se regala, pero tienen que ser conscientes que mantener los privilegios en un ambiente social y político adverso tiene un costo demasiado alto. Es la única oportunidad para una reforma socialmente aceptable.

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