¡Ay! el transporte público

Deseo hablarle sobre el transporte público en Santo Domingo, concretamente sobre la conducta de los choferes de concho que ocasiona inseguridad, incomodidad y miedo debido a que los choferes:

Manejan bombas de tiempo rodantes: utilizan gas como combustible en carros antiquísimos o en vehículos nuevos que manejan a velocidades temerarias. Cambian la ruta cuando se les antoja. Roban con impunidad al aumentar a su antojo el costo del pasaje. Bajan y suben pasajeros en lugares inadecuados y sin dar tiempo a personas mayores, enfermas o discapacitadas. Tienen carros destartalados y sucios o incó-
modos porque no están diseñados para 6 personas por muy confortables que parezcan. No son respetuosos de las leyes ni de las buenas costumbres. Agreden verbalmente y quién sabe si físicamente a sus clientes, que son los pasajeros. No son considerados con los peatones. Son contaminantes del ambiente en todos los sentidos: contaminan el aire; ocasionan ruido; comen y hacen sus necesidades por donde quiera. Consideran suya toda la ciudad. Una propiedad que ensucian y envilecen. En suma: son insolentes, ignorantes que no soportan críticas ni sugerencias; son rateros, asquerosos y mal hablados.

Como no podemos evitar usar sus “servicios” es imprescindible asegurar a la población un transporte seguro, adecuado, eficiente y asequible. No es posible que la primera necesidad de un empleado sea comprar un carro. La ciudad no soporta un carro más.

Ignoro cómo querría usted pasar a la historia, pero si logra cambiar el sistema de transporte, será respetado por los capitalinos y eso es mucho. vbr

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