¿Biblia en las escuelas?

Si existe una ley que establece la lectura de la Biblia en las escuelas, entonces hay que darle cumplimiento independientemente de los deseos y opinión de la profesora María T. Cabrera. Pues si hubiese en nuestras escuelas una invitación permanente al ejercicio no del estoicismo religioso sino a la observación de las normas y principios del bien hacer, la compasión y la ética cristiana, además de la práctica de la solidaridad con nuestro prójimo y del rechazo explícito a las posesiones materiales adquiridas mediante el retorcimiento del pescuezo a los escrúpulos, hoy nuestra sociedad sería moral, emocional y materialmente más sana y menos pobre en todos los sentidos. Se ha dicho, y con razón, que cada poeta experimenta la pasión a su manera, por tanto es innecesario montar una especie de guerra santa contra la lectura de la Biblia en las aulas si lo que se busca es aprovechar sus epístolas y lecciones sobre un racional comportamiento cristiano; siendo así, oponerse a ello constituye una insensatez, o peor aun, una necedad. De ahí, que lo afirmado por el obispo José Grullón, que lo que se pretende es lograr una “formación humana y religiosa que comprende elementos de civismo y de moral” , es atendible y deseable.

Pedro Mendoza

La enseñanza de la Biblia en las escuelas siempre será motivo de debate. Esto debiera ser una materia optativa y en la que ninguna denominación religiosa imponga su criterio. Somos un Estado laico y por ende, no tenemos una religión oficial.

Juan Santana

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