Color moral

La política, como los cuadros de Rembrandt, es equilibrio de luces y sombras. Los hombres de ideales iluminan la tela del espacio público que oscurecen los pragmáticos. La historia de los pueblos pasa por todas las tonalidades. La nuestra muestra épocas indefinidas, de claroscuros mediocres, en los que nada pasa, por ejemplo, la España boba; otras épocas de luminosidad excepcional, la lucha por la independencia; y muy a menudo, momentos oscuros donde prima la malicia y el egoísmo, la Anexión. La historia es un lienzo pintado por los pueblos. La tonalidad del cuadro dependerá del color moral de los actores. hfigueroa@diariolibre.com