Remembranzas de Abril

Una de las secciones de la obra de René Fortunato, Una Primavera para el Mundo recoge el anhelo justiciero de la juventud de la época

Una de las secciones de la obra de René Fortunato, Una Primavera para el Mundo –evocación de aquella esperanzadora canción de postguerra gestada entre René del Risco y Rafael Solano e interpretada magistralmente por Fernando Casado, que recoge el anhelo justiciero de la juventud de la época-, es la Cronología que cubre la relación de los hechos en el país y su repercusión en América Latina y el resto del mundo. Ilustrada con material fotográfico revelador que capta los principales episodios de lo que se iniciara como golpe de Estado, derivara en guerra civil y luego en epopeya nacional de resistencia popular o guerra patria. Con imágenes de los actores protagónicos del proceso del 65.

Allí está Bosch en Puerto Rico junto a su sobrina Milagros y a González Tamayo, así como a su regreso al país al final del conflicto, cuando se le tributó un multitudinario recibimiento el 25 de septiembre en el Malecón, del que fui partícipe militante. Figura Peña Gómez, quien encendió la chispa radiofónica el sábado 24 –trasladado con el locutor Nelson Sánchez desde Radio Comercial por los hermanos Silié Valdez y este escribidor en la Rambler de don Fernando- y la mantuvo viva en la contienda como vocero del PRD. Aparece Molina Ureña y su equipo -Fernández Mármol, Máximo Lovatón, Polín Espaillat, Yeara Nasser, Ledesma Pérez, Arévalo Cedeño, Barón Suero-, en su efímero y tormentoso paso por el Palacio Nacional, del que fui testigo in situ –con el inicio del ametrallamiento y bombardeo con cohetes de la Aviación inclusive.

Se destaca con sobrada justeza el rol estelar de Francis Caamaño como líder del movimiento, en las tareas de defensa y supervisión de la Zona, como orientador de masas en los mítines desbordantes que signaron su gestión –especialmente el celebrado el 3 de septiembre en la Fortaleza Ozama para presentar su renuncia- y en las negociaciones con la comisión de la OEA. Hasta su salida del país hacia Londres en enero del 66 para ocupar una agregaduría militar.

Aparecen meritorios oficiales constitucionalistas, como Peña Taveras, Hernando Ramírez, Fernández Domínguez, Núñez Nogueras, Montes Arache –el jefe militar más sagaz-, Lora Fernández –estratega formidable-, Marte Hernández, Lachapelle Díaz (clave en la interacción con los comandos), Noboa Garnes (instructor en la Academia 24 de Abril), Chestaro, Ubiera Padua, Píndaro Peña, Claudio Caamaño, Manolo Bordas, Chibú Deñó, Jesús de la Rosa, Castro Calcagno, García Germán, Dante Canela, Sucre Félix, Sosa Leyba, Lorenzo Sención, Quiroz Pérez, Yege Arismendi, Páez Piantini. Mi entrañable amigo André Riviere e Ilio Capozzi. Un fraterno de infancia sancarleño, Fernando Pimentel, Vejé, se convirtió en sombra de Caamaño, al igual que de Montes lo fueron Leo y Fonsito Pedemonte, cuya familia se integró a la revolución, incluida la bella Margarita.

También figuran jefes militares del bando de San Isidro y la Junta de Imbert: éste, héroe del 30 de Mayo, Wessin, Benoit, de los Santos, Rivera Caminero, Olgo Santana, Despradel Brache.

Un despliegue de fotos hace justicia a los comandos y su aporte en la guerra. Preeminente el 14 de Junio, con imágenes de Juan Miguel, Fafa, Oscar Santana, Euclides Morillo, Peña Jáquez, Lozada, Botello, Cocuyo Báez, Guillén, Onelio Espaillat –casó en pleno conflicto en oficio obrado por Fernando Silié que presencié-, Orlando Sánchez, Luis “Palito”. Del PSP figuran Luis Gómez, Tony Isa, Asdrúbal Domínguez, combatientes junto a Manolo González, Justino del Orbe, Diómedes Mercedes. Del MPD, Cayetano Rodríguez, Maximiliano Gómez, Baldemiro Castro, Muñiz Arias, sumados a Monchín Pinedo, Otto Morales, Henry Segarra. A resaltar, los comandantes Pichirilo, Barahona, Pujols, Jaime Cruz, Evelio Hernández.

José del Castillo Pichardo, ensayista e historiador. Escribe sobre historia económica y cultural, elecciones, política y migraciones. Académico y consultor. Un contertulio que conversa con el tiempo.