Comenzó mal

El Consejo Económico y Social, creación de la Constitución del 2010, tuvo su primera prueba de fuego con la propuesta de reforma fiscal presentada por el Gobierno, y se quemó, desvirtuó la función para la que fue creado.

El artículo 251 de nuestra Carta Magna establece como función principal de este órgano consultivo, "la construcción y fortalecimiento de la paz social", a través de la consulta en materia económica, social y laboral.

Pero en la ocasión, el Consejo se destapa dándole una especie de ultimátum al Gobierno para que le entregue unas informaciones y luego, en vez de analizar la reforma presentada, que afecta la economía en su conjunto y eventualmente la paz social, se destapa con un panfleto de corte político sobre un tema en que ya el Gobierno ha fijado su posición, como es el de los ahorros presupuestarios.

Mal comienzo para un organismo llamado a constituir un espacio de alto nivel que mueva a la reflexión al Gobierno sobre temas fundamentales, y no una trinchera de frustrados aspirantes al poder.