Con dos ojos

Lo bueno de Chávez fue la inclusión. Lo malo, la exclusión. El mandatario bolivariano, para incluir a los pobres, sacó a los que no lo eran. La herencia: una sociedad fraccionada por la división de clases. Hugo sólo tenía visión del ojo izquierdo. Era tuerto ideológico. Las elecciones del domingo, más que entre Maduro y Capriles, será entre dos visiones: la que separa y la que une. Venezuela, para tener futuro, tiene que volver a ser una. La democracia no puede funcionar mientras los ciudadanos lleven una guerra en el alma. El que gane tiene que mirar con dos ojos. hfigueroa@diariolibre.com