¿Cuánto más?

Así como entró explosivamente la noticia, así ha salido de los medios: ya no se habla de obligar a bajar los pasajes y, por el contrario, parece que premiarán a los choferes por este affaire provocado políticamente.

Se le ha dado tanto a choferes, camioneros y motoconchistas, que sólo falta que el gobierno les pague un “conductor designado”, para que tampoco tengan que sufrir penurias como obreros del volante.

Y estos políticos siguen sin entender el problema: si el precio de los combustibles no es lo que importa, pues que les quiten los subsidios. Total, nada va a bajar, ni tampoco a subir por ese motivo.

Los precios del transporte subirán cuando le sea políticamente conveniente a los nuevos dirigentes del país que buscan que les aprueben partidos políticos, para que les entre dinero por todos los bolsillos.

Y así, mientras se dispendia el dinero del Estado en manos de los que más pueden vociferar, se le niega a quienes en verdad podrían hacer buen uso de ello, y el pueblo sigue gastando en transporte lo que no puede.