No se conocen receptores de los ilícitos
Es una práctica muy vieja en el país
Hace mucho tiempo que autoridades de diferentes administraciones, tras anunciar con bombos y platillos casos de decomiso de grandes contrabandos de mercancías o enormes cargamentos de sustancias prohibidas, dejan en vilo a la población dominicana sobre quién o quiénes iban a ser los receptores de esos trasiegos ilícitos.
Para muestra podría bastar un solo botón, como dice el argot popular y es el caso Quirino, quien fue apresado el 18 de diciembre de 2004, cuando se dirigía a la ciudad de Santiago a entregar 1,387 kilos de cocaína, que iban a ser enviados a Estados Unidos. El Don, como se le conocía, fue condenado en la nación norteamericana, volvió al país y nunca se ha sabido quién iba a recibir la droga en la Ciudad Corazón.
El tema viene al caso, porque en los últimos cuatro días en el Puerto Río Haina se han detectado dos contrabandos, el primero de 482 televisores de alto valor comercial y el segundo de armas largas y cortas, así como municiones, con las que se podría armar a un ejército regular o irregular. Y como la historia se repite como tragedia o como comedia, solo se informa de los decomisos; pero no de quiénes son los receptores de esos cargamentos ilegales.
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