El país se merece una explicación

El hermetismo con casos que preocupan a la ciudadanía y que repercuten en la opinión pública se ha convertido en una mala práctica y casi en una política oficial, lo que da pie a conjeturas y a la propagación de informaciones falsas, que arropan con un manto de misterio cualquier acontecimiento.

Recientemente el hermetismo ha cubierto algunas investigaciones sobre excesos policiales en los cuarteles y más recientemente ocurrió algo similar con el caso del agregado comercial Carlos Guillén Tatis, secuestrado en Haití por la peligrosa banda 400 Mawozo y por el cual pedían un rescate de 500 mil dólares.

En medio de la desesperación de los familiares de Guillén Tatis, el embajador dominicano en Haití emitió un comunicado en el que exigió a las autoridades de la vecina nación una investigación para la liberación “sano y salvo” de Guillén. 

Y como si hubiera sido una profecía el canciller Roberto Alvarez escribió la madrugada de ayer que el funcionario había sido liberado, sin dar mayores detalles y solo se limitó a decir que había sido puesto en libertad “sano y salvo” después de cuatro días de secuestro y la gente se pregunta si se pagó o si fue rescatado con una acción militar.