¿Nadie paga los platos rotos en Educación?
Denuncia y denuncia, pero no pasa nada
Ayer se cumplieron dos meses de la destitución de Roberto Fulcar como Ministro de Educación, nombrando en su lugar a Ángel Hernández.
Desde entonces, se han denunciado irregularidades en licitaciones relacionadas con los libros de secundaria, el desayuno y almuerzo escolar del INABIE, las butacas, y en la edición de hoy se reportan problemas en las nóminas del ministerio, que serán auditadas por orden del presidente Luis Abinader.
Pero cada denuncia parece quedar en el vacío y no se responde a una sociedad que está cansada de la impunidad y que espera que, cumpliendo el debido proceso, se identifiquen los responsables de esas irregularidades.
¿Pueden haber procesos mal manejados sin que existan culpables?
Uno tiene que pensar que no, por mayor cuidado que se quiera tener en el manejo de las pesquisas.
Desde que se comenzó a otorgar el 4% del Producto Interno Bruto para el Ministerio de Educación, desde hace ya una década, ha habido múltiples quejas sobre el uso dado a los recursos destinados para mejorar la educación preuniversitaria.
Hasta ahora, ninguna ha sido atendida. Ya es tiempo que el Ministerio Público haga algo.
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