¡Abiertas! dijo uno; ¡cerradas! los otros

La victoria tendrá que ser a palo limpio...

El debate de la ley de partidos toma un giro interesante en los últimos días, cuando se supone inminente una decisión. Aunque debe decirse que no la ley en su conjunto, sino un aspecto: las primarias, si abiertas o cerradas. A cada cual hay que sacar su comida aparte, pues nadie mete la mano en el caldero, pero sí plato en mano todos quieren más carne que arroz. ¡Vaya locrio!

En las calles y en las redes las discrepancias eran menores, y el ánimo era de dejar que los responsables mayores hicieran sus consensos. Sin embargo, y razón no se conoce, el Administrativo se apareció en una esquina y voceó ¡abiertas!, y de todos los confines del solar le replicaron ¡cerradas! No hizo nada para convencer a nadie de la justicia de su causa, pero sí ofreció la mampara que necesitaban los partidarios de cerradas para denunciar la maniobra del gobierno. El trompo estaba embollado, pero como nadie lo reguilaba, no se sabía de su movimiento tembloroso, hasta que Peralta alborotó las avispas y los panales se multiplican. Y de que pican, pican.

No habrá mucha conceptualización, pero sí resistencia y oposición.