Ahí hubo más que protocolo...

Los legisladores lucían encantados con Danilo

¿Dónde guarda el león la melena cuando se afeita y no ruge como su pariente de la Metro al iniciarse cada película? ¿Por qué el tigre aparece en ocasiones sin rayas como si quisiera esconder su identidad? ¿A qué se debe que el oso oculte sus garras al dar un abrazo que se supone hostil?

Preguntas todas que nadie hizo en público, pero que fueron pertinentes al ver el trato exquisito entre presidente y legisladores al llegar al Congreso.

Se dirá que lo cortés no quita lo valiente, y que en determinadas circunstancias el protocolo manda, y que un poco de simulación al año, no hace daño.

Bendita la rima, pero la percepción fue de un afecto que está por encima o se mantiene a pesar de las diferencias políticas. La escena no fue de un simple darse la mano, sino que se apreció intercambio de palabras.

El rostro y el gesto hablaban por sí solos, y el ambiente fue amable, y no porque en el recibimiento estuviera el senador de Higüey, aliado del gobierno, sino figuras de oposición. Pacheco PRM, Castro Silverio PRSC y Fidel Santana Frente Amplio. ¡Qué falta hizo el Gordito de Jarabacoa, experto en llevarse esas palmas!