Cuña del mismo palo: la peor...

A Héctor lo dejaron ir... ahora lo lamentan...

A Héctor no lo empujaron, pero lo dejaron ir, sin darse cuenta de que no era un político de exabruptos, sino frío como el viento, como la mujer en la canción de Luis Miguel.

Tampoco recordaron que fue pieza importante en la formación del PRM, que anduvo en esos afanes la ceca y la Meca, que en esa organización conoce a tirios y troyanos, y que como la Caja de Pandora, si lo abren, se van a revelar todos sus males.

Tal vez no era indispensable adentro, puesto que el partido siguió funcionando, pero fuera supera a Sabina y su dímelo en la Calle.

Hizo creer que estaba reflexionando, situación que se supone pasiva, y su actuar fue otro: se dedicó a recorrer todo el territorio nacional, pero sobre todo a recoger quejas de compañeros seguidores de Hipólito.

Y darles sentido político, disponerlas para el combate.

Lo dijo un hombre del campo, y desde entonces es una verdad tan alta y sólida como la catedral: no hay peor cuña que la del mismo palo.

La Maquinaria de Nueva York era toda Hipólito, nada Luis, hasta que Héctor viajó a esa urbe, y lealtad aparte, ahora se manifiesta a favor de Danilo.

¿Qué como lo hizo? Ah, no, yo no sé no.