El corre-corre está de regreso

Covid no discrimina, toca encomendarse...

La población no se deja llevar, pero va. El Gobierno no va, pero se deja llevar. Incoherente una, incoherente otro.

El Gran Santo Domingo por grande no se contiene en disposiciones, aun cuando éstas van a su favor. Prefiere la rebeldía y el desenfreno a la subordinación y la prudencia.

Lo suyo es teteo, lo más ingenioso y divertido para eludir el confinamiento al que obliga la pandemia. El gobierno de la calle.

La represión se impone porque el muchacho lo que quiere es que la policía le caiga atrás, como hace algunos meses. El corre-corre está de regreso.

Ahora es cuando vienen las incompatibilidades.

Las autoridades de Salud que frenan el teteo de barrio, facilitan que sus homólogos de Educación promuevan el teteo de escuela.

Parecen situaciones diferentes, pero gente que se junta, cercana y bajo un mismo techo, tiene que producir iguales efectos.

El Covid entre sus muchas cosas malas, no discrimina. Creían que sí, que al viejo y no al joven, hasta que se dio cuenta y se corrigió sobre la marcha.

Con los contradictorios teteos solo queda cruzar los dedos y encomendarse a la Virgen. Ese es su empleo, y se le paga bien.

Devoción absoluta.

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