El país del partido del NO...

Aquí a todo se le dice que No antes que todo

Sin dudas, el partido más antiguo de la Humanidad, y con filial en el país desde antes de la República, es el partido del No.

Hubo quienes se opusieron a la separación, a la independencia y luego anexaron la nación a España y quisieron arrendar una parte a Estados Unidos. Razones diferentes, pero siempre el No por encima de todas las cosas.

Vale recordar que se habló de destruir un hotel pasado de años para construir uno nuevo, y los nostálgicos se resistieron, porque la luna salía sobre el Jaragua. La luna no hizo caso y todavía sigue saliendo sobre el Jaragua.

Cuando hubo expectativas de que en territorio dominicano podía aparecer petróleo, un poeta (¡oh Dios, un poeta!) increpó la naturaleza, y pidió al petróleo que se fuera más abajo. Que la mejor tecnología no pudiera sacarlo.

Los desarrollistas de Santiago se propusieron construir un aeropuerto en Licey, y los “agricultores” de la zona salieron al paso y dijeron que esas tierras eran para sembrar plátanos. El aeropuerto está ahí, y Santiago tiene desde entonces lo que no tenía. Aviones que van y aviones que vienen, sin que el plátano falte en la mesa.

El Sí se pasa, pero el No exagera.