Esperando decretos y turbulencias...

La vida política a veces es cruel y sádica...

Las investigaciones en Brasil son como los decretos en Dominicana. Cuando se creía que con Lula y Dilma de acusados todo se terminaba y resolvía, se producen nuevas revelaciones e implicaciones.

Ahora aparece Funes y El Salvador, con Joao Santana de por medio, y los políticos que en otros países ya respiraban, creyéndose a salvo, a cruzar los dedos otra vez.

Aquí, tan embullados en los asuntos de la Junta o en los líos de los reformistas, el nuevo capítulo se lee como si fuera un periódico de ayer.

Aunque se sabe y se teme que esa delación negociada sea una pistola sin seguro que caída al suelo dispare con puntería loca e hiera y mate sin compasión.

Los decretos por igual.

Cuando se pensaba que la maquinita de los nombramientos estaba apagada, y que si acaso se prendería en febrero, el Palacio sorprende con designaciones que estaban en el tintero pero que no se decidían.

El tapón es malo, pero también que se muevan los carros ajenos y no el propio. Trajano tiene lo que no tenía, y lo mismo la viuda, pero qué de los que con cañera esperan Taiwán y Panamá, sin que los miren con ojos de piedad.

La vida política a veces es cruel.