Fidel vive... pero el otro
Lo del Defensor del Pueblo está por verse
Habrá que revisar el plato de María Teresa para ver qué come que adivina –o detecta a tiempo– los acuerdos de aposento que son el diario vivir de la política dominicana.
Lo que todavía no se reparte, está transado desde hace algunos meses, y solo se espera que la circunstancia cree las condiciones.
Todo el que quiso cambio, ahora que el cambio se dio, le entregan su chupeta, con la única diferencia de sabor y color.
El Defensor del Pueblo, cuya utilidad está pendiente de averiguar, lo mismo que el diputado al Parlacen, tiene dueño conocido.
La profesora vino a darse cuenta ahora, pero pudo haberlo sabido antes. Nadie renuncia a la presidencia de un partido, si no es porque tiene algo mejor.
Solo hay que indagar de cuánto es el presupuesto del Defensor y cuánto recibe la pequeña organización que se abandonó.
Un filósofo de la calle lo había dicho mucho antes de que se produjera el trato: por mi mejoría hasta mi casa dejaría. Algún día habrá ajuste de cuentas, y cuatro años son más que suficientes, pero mientras tanto que siga el reparto, pues el empeño valió la pena
Fidel vive, pero el otro.
Cámara de Cuentas detecta fallos contables gestión de Yocasta Guzmán en Contrataciones Públicas
Con propuesta de modificación a fondos de pensiones se generaría “gran déficit”
Los sindicatos proponen bajar la jornada laboral en RD de 44 a 40 horas
Lula llama a actuar rápido frente a crisis de Haití
Cuestionan ADP incumpla acuerdos del Pacto por la Reforma Educativa con paro de labores