¡Fuera la política de la escuela!

No se deben permitir regalos de políticos...

Deberá ser una tarea ímproba, pero no se pierde nada con intentarla, pues así como cada día tiene su afán, cada circunstancia su solución.

Educación tiene que ocuparse o esforzarse para sacar a los políticos de las escuelas, alejarlos de los estudiantes e impedir que contaminen la enseñanza. El 4% da y sobra para suplir las necesidades de los alumnos y de los planteles, por lo que debiera resbalar o no necesitarse del concurso de particulares.

Los políticos debieran ser catequizados o por lo menos instruidos en la palabra y considerar lo que Jesús predicó: que no sepa la mano derecha lo que hace la izquierda. Juntar la mano derecha con la izquierda es un aplauso, y la caridad que salva es la anónima, pues la pública se redime a sí misma.

Una libreta con la foto o la consigna de un político o de un candidato es un desacierto desde cualquier punto de vista, pues penetra al aula, distrae al maestro y soborna a los padres.

Educación tiene que decirles a los políticos que ella se basta sola, y que si la Junta les prohíbe la calle, el ministerio les prohíbe la escuela.

A mayor claridad, mejor amistad.