La correa que se ve... y aprieta

¿Fin del relajo con Ley de Partidos?

Los partidos de oposición tienen la mala costumbre de arrancar por el final, terminar pronto y empezar de nuevo. Con la Ley de partidos ya ni se sabe. Dijeron primero que no, que mejor era nombrar la Junta, el Tribunal y la Cámara. Junta hay, Cámara también, y Tribunal casi ya.

Con la Ley se volvió al relajo de un día que sí y al siguiente que no. Que con diálogo, que sin diálogo, y para rematar que esos proyectos eran partos de una sola comadrona. Como todos los nacimientos en el campo o donde no haya hospital y clínica. Como la guagua va a mucha velocidad y parece que no va a pararse a recoger pasajeros descuidados, improvisan corridas. En la respiración entrecortada se le nota la fatiga, y no todo corazón aguanta aeróbicos tan esforzados.

El PRM se convenció que lo de las leyes va a serio, y ya el pasado lunes decidió preparar su informe, presentarlo a los partidos aliados y llevarlo a la comisión bicameral. ¿Cómo un muchacho malo se vuelve bueno sin que le den una pela? Oh, enseñándole la correa. La madre soltera la cuelga de un clavo, y en cada ocasión le basta con mirar.

La correa, el muchacho, el muchacho, la correa.