La oposición esperando candidatura

Y el Gobierno, cínico, pidiendo oposición...

Los ideólogos de la democracia podrán entenderlo, pero no un muchacho que juega pelota a mano pelada y descalzo en un poblado distante de la capital.

El Gobierno se queja de que no tiene oposición y que no le conviene esa falta de contrapeso. Léase bien: las palomas les están tirando a las escopetas.

Se supone que la oposición debe perseguir al Gobierno, hacerle la vida imposible, pero aquí y ahora la administración descalifica a la oposición. No por pugnacidad y beligerancia, sino por todo lo contrario: No sube al cuadrilátero y se la pasa caminando por el ringside.

A confesión de Peralta relevo de pruebas. El Administrativo declara que “la oposición es débil y no sabe lo que quiere”. Dijo débil, sor, y que no sabe lo que quiere, cuando debiera ser fuerte y tener sentido de misión.

El PRM declara y vuelve y declara que hará oposición, pero es como esas guagüitas anunciadoras que de tanto pasar por la misma calle ni la oye el transeúnte y menos el inquilino. El mismo día la choteó Peralta y la disminuyó Leonel. Luis andaba por Santiago e Hipólito plácido cogiendo fresco en una mecedora.

En lo que llega la candidatura, nada de oposición.