Las segundas partes serían buenas si...
Vacunación estancada
Primeras partes nunca fueron buenas si no se confirman con segundas. Las autoridades de Salud pasaron un purgatorio con el COVID-19 y no puede decirse que llegaran al infierno.
Aunque sí al limbo en términos de vacunados.
Los voceros oficialistas se regodean con sus números, que consideran récord en relación con países cercanos o de igual situación económica, aun cuando se afanan por metas mayores.
La inversión fue para mayor agrado, y no para el desánimo que se expresa, a veces coincidiendo con los negacionistas.
El punto viene a cuento, o es cuento, ahora que se habla de la nueva ola que -como inminente y avasallante- alarma.
La experiencia pasada da para mucho y sobra, y no hay razón para repetir los tropezones, pues se trata de la misma piedra.
Una población sometida a prueba parecida, ahora con la ventaja de un personal entrenado y en condiciones de replicar los éxitos conocidos.
Nada para volverse locos ni poner locos a los potenciales afectados, porque no habría que hacer camino al andar, sino seguir las huellas.
Las segundas partes serían buenas en resultados si las primeras fueron el primor que se reconoce y enaltece. Al menos se piensa.
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