Los Amets dañaron el cobro...
Las multas falsas evitaron el tumulto...
El Gobierno tiene una debilidad que lo mata: la de cobrar por lo que sea y por la vía que entienda más adecuada. Que nunca es la correcta, pues cuando no despojo, secuestro.
Uno de sus tantos genios financieros o impositivos pensó que en un país en que nadie respeta normas de tránsito, con multas podía pagarse hasta la deuda externa.
Amets por tanto a la carga, y con una eficiencia que debiera replicarse en mejores causas. No se arregló el tránsito, pero el conductor se vio afectado por la zozobra.
La factura molestó en su momento, pero como el dominicano es dominicano, colocó el papel en la guantera y no fue al banco a saldar.
A otro genio se le prendió el bombillo de la oportunidad, y calculó que con una arbitrariedad se resolvía el problema, aprovechando el cambio de marbete.
Todo iba a salir perfecto, aun con las protestas de los choferes. Entonces se disparó el tiro por la culata de las multas falsas. Una cosa era multa real y otra multa inventada.
Los agentes que se suponían abridores, salvaron el juego sin pertenecer al bullpen. Hubo que aguantar el foete y dejarlo para el año que viene, cuando habrá nuevo gobierno.
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