Los precandidatos se aceleran...

Que se sepa, todavía no encabezan la boleta...

Un politólogo –de esos que privan en locos– advierte el desenfoque de los proclamados candidatos a la presidencia. Hablan como si ya encabezaran la boleta del partido y disputaran con sus oponentes naturales el favor del electorado.

No comparten la filosofía de Jack el Destripador, de ir por partes, y se lanzan por el todo sin considerar que quien mucho abarca poco aprieta.

Que primero deben ganar adentro e inicialmente dirigirse a sus compañeros de partido, de cuyo escrutinio dependerá su suerte.

Sin embargo, hablan directamente al país, asumiéndose candidatos, cuando en realidad son precandidatos y agotan la agenda de temas.

Cuando llegue el momento no tendrán qué decir o deberán repetirse, con implicaciones y consecuencias que no serían las mejores.

El trance, además de sutil, resulta contradictorio, pues en función de los discursos los procesos de selección serán abiertos y no cerrados.

Y ese no es el caso.

Los partidos todavía no informan, pero cada cual irá por camino diferente. Sea una o la otra, pero siempre teniendo de referencia el más amplio de los universos.

La política dice que a veces no entiende a los políticos.