Nos espera un año de insultos

En el 2020 por ser año de elecciones el problema se agravará y la gente pensará mal y tratará de manera ofensiva al adversario político.

El 2019 fue terrible en ese sentido, y nunca el insulto tuvo mayor cabida en el debate nacional y las redes se llevan el premio de agraviantes del año. Sin embargo, no es delitos de redes, es pecado de personas.

Las redes son el medio, no el mensaje, y las redes como la lengua – a juicio de un antiguo – es lo mejor y lo peor, dependiendo de si chismosa o mechada. La Ley de Partidos advirtió la situación y quiso corregirla antes de que fuera fenómeno y le opusieron la Constitución y sacaron de juego esa posible infracción.

Ahora circo romano. Gladiadores sin reglas y leones sueltos disponiendo de cristianos conocidos o de sospechosos de haber prendido fuego a la ciudad. El pueblo (en Roma decían la plebe) se regodea con memes que por ingeniosos no dejan de ser oprobiosos. Los equipos fueron entrenados con tiempo y manejan con destreza lo sutil y lo aberrante. Que cada cual ponga su barba en remojo y sepa que en la circunstancia habrá relevo de pruebas.