Que códigos y colindancias no choquen

Ahora falta la prueba del crucifijo...

La flecha está en el aire y se presume que no caerá a tierra como bala perdida, que mata inocentes o hiere a descuidados. El tiempo fue más que suficiente para buscar debajo de las piedras cangrejos en los ríos, hervirlos y servirlos como plato del día.

Lo que se encontró fue lo que se encontró, y lo que no aparece ahora fue porque realmente no se buscó. Aunque hay quienes quieren respuestas a preguntas que no proceden. No obstante, y es bueno resaltar, el ánimo prudente de la población, o de los sectores que se suponen mejor edificados. Ni condena apresurada ni absolución inmediata. Se conocen nombres, se tipifican delitos, pero habrá que ver si unos y otros pasan la prueba del crucifijo. Los jueces de ahora no se convencen con piruetas ni con confetis.

En los rounds anteriores tocaron la campana y no permitieron golpes bajos. Entraron en contradicción con el dueño de la cartelera y se teme que de nuevo levanten las manos equivocadas. La política saca y mete la cabeza, y se sabe que cuando los códigos se muestran huraños, las colindancias se ocupan de los detalles.

El diablo, se dice de viejo, está en los detalles.