Que muestren al hombre y al maletín

No amenacen con el lobo, enséñenlo...

El Gobierno va a jugarse la máscara o la cabellera con el asunto de las primarias y habría bajado línea para que ningún alto funcionario se junte con diputados por estos días. Esos acercamientos se dan permanentemente, pues no hay nadie que pida más que un legislador, y no pide en la calle ni en la iglesia como un pordiosero, sino en Palacio como político.

No es que se hagan enemiguitos, sino que cuiden la forma. Como quiera van a decir, pero es mejor que inventen a que tengan pelos en las manos y afirmen el color de la yegua. Si es, y fuere así, los denunciantes debieran ser más precisos, y no solo provocar la afrenta del hombre del maletín, sino identificarlo.

La gracia no vale a la antigua, creando rumores que eran una burla, porque el ciudadano de a pie que cruza por el frente del Congreso, no lo conoce ni de vista.

No es un misterio, pero tampoco una situación que tenga a mano. Los que sí conocen al fatídico personaje, son los legisladores, y muchos más los que viven en ese contubernio.

Ahora tienen la oportunidad de casarse con la gloria, dando nombres, apellidos y hasta número de cédula. Jugársela como si fueran peloteros.