Solo hay que destituirlos

El Presidente tiene en sus manos el problema...

El punto más corto entre un funcionario que no declara sus bienes y el mantenimiento en el cargo, a pesar de violar la ley, es el decreto que los une.

La Cámara de Cuentas puede hacer lo que quiera, y si lo hace de común acuerdo con la Procuraduría, mejor, pero la verdadera solución a ese problema es la destitución.

Una medida administrativa, y san se acabó, y esa acción sólo puede tomarla el superior que lo nombró en el cargo, y permite su burla a la institucionalidad.

No hay que dar muchas vueltas, y todas las inferencias son posibles, y entre ellas, las pecaminosas. El funcionario que no dice con cuánto llegó al gobierno, tampoco querrá que se sepa con cuánto sale.

En el interregno se verá de todo y habrá de todo, pues a falta de control, sólo las sospechas tienen cabidas, y en ese interregno, la acumulación primitiva hará de la suya.

Lilís no fue el mejor gobernante, y en su tiempo no existían las preocupaciones ni los mecanismos de ahora, y sin embargo, se recuerdan sus advertencias a los compadres.

“Cómase el pollo, pero guarde las plumas”, por ejemplo.

Si es por las plumas, son muchos los pollos que se están comiendo.