Todos quieren ayudar, pero el PRM no

Pequeños escándalos minan a Luis indefenso

Debe ser difícil aguantarse las ganas, tener corneta y no poder tocarla, municiones y guardar la escopeta, y entonces dejar hacer, dejar pasar.

Eso sucede con algunos sectores u opinantes habituales respecto al gobierno de dos meses. Luis se goza la farándula y es bueno que lo haga en lo que dura.

Mientras el merengue tenga letras que se bailen hasta las dos. Después, y ese después no falta ni falla, cesarán los acordes, se recogerán las sillas y la fiesta habrá terminado.

¡Qué pista más desolada!

Como muestra basta un botón, y se recuerdan las orquídeas y las rosas, pero hay situaciones más pequeñas que resultan irrefrenables.

Lo de Edesur, por ejemplo. Morrison quiere revolucionar, y se afana, y se afana, y nunca mejor usado el marketing. Todo un país posible.

Sin embargo, un aumento de sueldo se le cruza en el camino, y se le hace dificultoso brincarlo o eludirlo o explicarlo.

Los que sufren apagones a pesar de pagar servicio de 24 horas no saben todavía si se subió o le subieron, y en todo caso como el barrilito.

En lo que el hacha va y viene, rezar a los santos no cuesta nada.

Mientras tanto, que el presidente se ocupe del juego chiquito.

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