Tres Villalobos en medio del boato...
Lo político depende aquí del confort...
El mozo vino con la cuenta, pero como nadie en particular la había pedido, y los comensales eran unos matatanes, la puso en medio de la mesa. Los tres contertulios la miraron y se miraron, como midiéndola, pero como no estaban en el oeste no tuvieron que probarse cual sacaba más rápido.
El trance lo resolvió Quique con una tarjeta nueva, que no se sabe si personal o de la presidencia del partido, y fue una atención que Ramón Rogelio agradeció. En otra circunstancia ese gasto lo hubiera asumido, pero ahora desempleado, cualquier carga, y aun cuando es un caballito valiente, la siente.
Habrá que averiguar con Bienvenido Rojas cómo le fue a Quique el pasado fin de semana. Si sus gallos ganaron en el coliseo, pues de otro modo no se explicaría que fuera tan espléndido en La Dolcerie.
Aunque Amable, viejo cacique, de tanto fumar la paz tiene su propia pipa, le echó lujo a Quique y a Ramón Rogelio con la chacabana.
La suya estuvo fuera de competencia. “¿Y quién es que te las hace?” – “¿Aquí o en Miami? ” Solo que no se oyó la respuesta, pues el chofer subió los vidrios. ¡Cuánto confort, Dios!