Un gobierno está hecho para gobernar

La primera tarea del Gobierno es gobernar, pero solo si la oposición se mantiene recogida y no se tira a la calle a promoverse o a crear problemas.

Esa era la situación y la administración de Luis Abinader se dedicó a comer con su dama, sin prestar mucha atención al ruido de los compañeros del PRM.

Con un PLD que duerme con ropa, esperando a los fiscales, o entretenido en su congreso, la política menuda se resolvía con poca cosa.

Leonel y la FP picando granos, pero no suficientes para llenarse el buche. En las encuestas oficiales no superan el 5 %.

El ambiente, sin embargo, se carga, y no se tienen razones a mano. El alza de precios es una amenaza, pero no para preocupar.

El PRM, en cambio, se ocupa, y celebra reuniones con una finalidad: dar cariño a los compañeros. El Jesús del Palacio encarga a la piedra Paliza: “Apacientas mis ovejas”.

Y se cumple la encomienda: “Dejemos los procesos del futuro para el futuro”. Aunque eso no se soluciona con palabras, ni con gestos.

Se impone y hace necesaria la acción: O se llena el espacio del 24 o tiembla de nuevo la tierra en Bonao. La publicidad siempre es buena, pero no cuando la política es montuna.