Un pacto que sorprendió a todos

Los más sorprendidos fueron los aspirantes...

¿Cómo puede realizarse una reunión con Hipólito y que poca gente se entere? Sencillo: yendo a su casa. Eso –parece– fue lo que sucedió con Luis.

Al regresar del viaje hizo una visita en principio personal: dar cuenta de la salud del padre. Aunque – como es natural – la política no podía quedarse fuera de la conversación. Como el plazo de inscripción de candidaturas llegaba a su fin, trataron el tema, y convinieron en una fórmula de consenso. A la que no se llegó fácilmente, pues con este sí, con este no, se dejó fuera a dirigentes acreditados que no eran confiables a las dos partes.

Como no podían durarse la vida, o perder tiempo descartando, ambos se sorprendieron. Uno con Paliza y el otro con Carolina.

Los seguidores todavía no se reponen, y los afectados menos. ¿Cómo decir que el caballo es bayo si no se tienen los pelos, o beber leche sin haberse comprado la vaca?

Carolina se registró, y Paliza también, pero hasta el momento ninguno proclamado. ¿Lo harán juntos o por separado? Esa no sería la cuestión, sino la clave. Un acto en común despejaría dudas, eliminaría confusión, y propios y extraños sabrían a qué atenerse.