Vargas Llosa venció en el espectáculo

¿Se iba a negar a subir a la cumbre y al show?

Los que conocen a Vargas Llosa de cerca y de lejos sabían que no iba a perderse la Feria del Libro de Santo Domingo. Si es habitué de ferias por todo el mundo, en su condición de celebridad, con más razón vendría a la que sería premiado. ¡Y de qué manera!

Vargas Llosa conoce a Henríquez Ureña más que el común de los dominicanos, y sabe lo que enaltece asociar su prestigio de Nobel a uno de los más esclarecidos hombres de letras del continente.

Si Borges reconoció a Henríquez Ureña como una cumbre ¿por qué Vargas Llosa iba a negarse a subir a su cima? Sabía lo que había, lo que le esperaba, pero siempre sería parte de la civilización del espectáculo.

Ser vedette significa aplauso, pero también rechifla. Además, parece que oyó a Kinito en la radio, pues lo primero que dijo recordó al merenguero. Al enterarse del premio reaccionó del mismo modo que sus críticos nacionales: ¿Y es loco que está? En todo caso, y es lo que le importaría, ganó la partida. Hubo más gente dentro del Teatro, compartiendo su alegría, que afuera protestando. Vargas Llosa nunca supo que lo esperaron con el ritmo y las caderas de un batton ballet.