Delincuencia y Policía Nacional

El Jefe de la Policía Nacional afirma que se han reducido los crímenes, pero nadie le cree. Tendrá que cansarse de repetirlo, porque cada vez que ocurre un hecho delictivo, los afectados desdicen las cifras oficiales.

Todas las cifras indican que la delincuencia ha bajado, pero al tratarse de un asunto más de percepción que de realidad, las declaraciones oficiales son vistas con cinismo por la población. A nadie que lo asalten o le hieran un familiar acepta que el delito esté disminuyendo, aunque se lo escriban en las tablas de Moisés. Por tanto, aunque las autoridades deben repetir sus datos, tienen que buscar otra forma de tranquilizar a la población.

Una de las formas es acercándose más a la gente. Aquí hace falta más policía comunitaria, más ligas atléticas policiales. Que los policías ayuden a reparar canchas en los barrios, y que la banda de música de la institución toque retretas en los parques o espacios abiertos de las zonas más pobladas.

Una policía más cercana a la comunidad es más eficiente que una policía esencialmente represiva.