Despreciando a los criollos

Hasta la prensa llega el complejo de Guacanagarix

Al gobierno (del color que sea) le pasa lo mismo que a los indignados que llenan parques y plazas: no creen en los medios nacionales.

El primero lo dice por abajito para que nadie lo oiga, pero que les llegue por trasmano a los interesados, y los segundos, como cantan en llano, de viva voz para que se entere el mundo.

Esas revistas en inglés o francés que ahora fastidian y que se leen al derecho y al revés, y de cada lado tiene una interpretación diferente, afirmaron en su momento que todo andaba bien.

Era un romance en cinemascope y technicolor como el de Clark Gable y Vivien Leigh en Lo que el Viento se llevó.

Ahora que el presidente es Danilo y no Leonel hacen remake y le cambian el final, que antes era happy end y ahora un desastre peor que el Titanic.

De manera que no hay que rasgarse vestiduras. Si se bebieron ese café con mucha azúcar, ahora deben tomárselo amargo, sabiendo que es el mismo café.

Los medios locales dan amplia cobertura a los indignados nacionales, pero ellos gozan a CNN, Univisión y El País de España, y discriminan a los criollos.

Cuando les llegue su Economist, que no se quejen.