Después de la Ley de Partidos Políticos, ¿qué?

Luego de años resbalando en lo seco, los diputados pasaron ayer en “bola de humo” la Ley de Partidos para complacer y aplacar a los que desde la sociedad civil y el empresariado vociferaban. No hay certeza de si haría más bien que mal, porque fue desmembrada en el camino y devino en un “arroz con mango”, pero si de algo estoy convencido es que si no hay institucionalidad y democracia interna, a los partidos podrían ponerles el “flú” más bonito, pero como a la mona, aunque la vistan de seda, mona se queda.