Violencia

Las cámaras de seguridad en las calles y en los establecimientos privados, además de las grabaciones de los teléfonos de los ciudadanos están revelando la violencia que se vive a diario en las vías públicas dominicanas. 

Surge la duda de si los testigos de una agresión deben dejar de filmar y acudir en auxilio de la víctima o si el efecto de hacer públicas estas violencias ayudan más a combatirlas que la asistencia  oportuna.

No son excluyentes. El que se baja del carro a grabar un accidente de tránsito poco favor hace al herido o a la sociedad. Es una actitud incívica e impúdica. Pero el que graba y difunde agresiones como las que se han hecho virales en estos días sí ayuda a crear la conciencia colectiva de repudio.

Los actos de violencia registrados en este comienzo de año han sido muchos. Desde agresiones tras accidentes de tráfico, a violencia ejercida contra mujeres por sus parejas y peleas en las cárceles (La Victoria y Moca).

Difundir videos de actos de violencia tiene un lado innegablemente negativo pero ayuda a entender mejor qué está pasando en la sociedad dominicana.