Violencia en Haití
Al silencio de la comunidad internacional se suma el envío de armas
No cesa la violencia de las bandas haitianas que parecen tener un control sobre el territorio de difícil solución.
El Washington Post alertaba ayer del silencio de la comunidad internacional y del envío, desde Estados Unidos, de deportados y armas. Terrible contribución, expresa el prestigioso medio, que malamente contribuye a apaciguar la situación.
Escarceos en la frontera haitiana pueden ser una peligrosa señal de que la violencia llegue a suelo dominicano. Los mensajes periódicos de las fuerzas allá destacadas insisten en que la situación está controlada, pero crece la preocupación.
Haití no ha avanzado en el calendario político que se suponía concertado tras el magnicidio y que llevaría a la celebración de unas elecciones democráticas.
La diplomacia dominicana, con el presidente Abinader en cuanto foro ha asistido, ha sido enfática en pedir a la comunidad internacional una postura más activa y responsable. Por ahora, el único gesto, tímido, ha sido prolongar la presencia de una misión de las Naciones Unidas que, lamentablemente, no parece estar surtiendo ningún efecto.
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