Violencia

La violencia reportada en las últimas semanas apuntan a casos de asesinatos y asaltos con matices puramente personales, individuales. 

Pero no hay que dejar de mirar a lo que está ocurriendo en la región centroamericana y en el resto del continente. La crisis económica, agravada por la inflación y el precio de los combustibles, ha generado revueltas sociales en varios países: Chile, Panamá, Argentina, Perú...

Aquí, la política de subsidios directos a través de programas sociales y de contención de los precios de los combustibles ha permitido mantener una tranquilidad social indispensable para manejar la post pandemia y enrumbar el país de nuevo.

Pero eso tiene un tiempo de vigencia. Invertir en subsidios un porcentaje tan alto de los ingresos fiscales no puede ser una estrategia de duración ilimitada.

La violencia, insistimos, es todavía individual; no parece responder a movimientos organizados, sean sociales o decididamente delincuenciales. 

Pero se siente un malestar todavía informe al que se debe dar cuidadoso seguimiento.