Campañas educativas
Uno de los escollos más grandes para el desarrollo del país es la falta de educación ciudadana que se expresa en el caos del tránsito, en el desperdicio del agua y de la energía, en el problema de la basura y en numerosos inconvenientes más que sufrimos los dominicanos todos los días.
Lamentablemente, por parte alguna se observan intentos por educar a la población para comenzar a cambiar algunas de esas inconductas.
Para ello, el sector privado puede colaborar, pero no hay dudas de que la responsabilidad principal recae en manos del Estado a través de sus diferentes órganos, desde su brazo ejecutivo hasta los ayuntamientos y distritos municipales.
El Estado dominicano invierte más de mil millones de pesos anuales en publicidad y no es descabellado pedir que al menos un diez por ciento de ese total, que serían más de 150 millones de pesos, se destinara a campañas educativas novedosas e imaginativas para combatir las inconductas que generan estos problemas.
Eso sería hacer buen gobierno y mejor uso de los fondos estatales.
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