Cuestión de prioridades

En nuestro país, las autoridades generalmente reaccionan cuando las comunidades protestan. Esta actitud ha ido creando una conducta, condonada por todos, de que solo a través del desorden y la protesta se consiguen logros comunitarios.

Asistimos así a un desprestigio del diálogo y de la concertación y al reinado de los revoltosos y exaltados, muchas veces empujados por personas que quieren sacar ventajas políticas.

Pero luego del paso de los huracanes Irma y María, así como de la temporada de lluvia que afectó particularmente a las regiones Norte y Este, se impone una articulación de las autoridades con las comunidades para realizar las obras prioritarias.

Es evidente que el levantamiento de los puentes caídos debe tener prioridad, así como obras de este tipo.

Los hospitales que están en reparación no pueden esperar más, y la nueva canalización de los ríos y la protección con muros de las zonas pobladas afectadas, son obras prioritarias.

El Gobierno debe enviar un mensaje claro de que lo que no sea prioritario tendrá que esperar.