El Duarte que vale vivir

El pensamiento de Juan Pablo Duarte, cuyo natalicio recordamos hoy, es tan valioso como vigente para lograr la regeneración nacional.

Duarte nos insta a conservarnos buenos, porque el “buen dominicano tiene hambre y sed de la justicia”, sobre todo porque “el crimen no prescribe ni queda jamás impune”.

Declara que la “Nación está obligada a conservar y proteger por medio de leyes sabias y justas la libertad personal, civil e individual así como la propiedad y demás derechos legítimos de todos los individuos que la componen”.

Es un apóstol beligerante cuando afirma: “Mientras no se escarmiente a los traidores como se debe, los buenos y verdaderos dominicanos serán siempre víctimas de sus maquinaciones”.

Nos insta a ser “justos lo primero, si queréis ser felices y sed unidos... y la patria será libre y salva. Yo obtendré la mayor recompensa, la única a que aspiro, al veros libres, felices, independientes y tranquilos”.

Finalmente, nos dice: “Todo pensamiento de mejora en que el sentimiento nacional se postergara a la conveniencia de partidos”, constituye “delito de lesa patria”.

Vivamos a Duarte en todo momento.