¿Elecciones?, no ombe...
Quien analice las elecciones dominicanas dentro de cien años, jamás podrá entender por qué a esa prueba de vigor democrático la llamaban torneo cívico.
Quien vea los datos de las elecciones municipales en las cuales se están disputando los cargos de arranque del sistema político, no encontrará explicación para que casi 60 mil soldados y policías deban custodiar los recintos electorales. ¿Era a una guerra civil que iban?, se preguntarán, sin encontrar explicación alguna.
Cuando observe la cantidad de recursos, de anulaciones, de fallos judiciales y de querellas, antes de los comicios y cuando cuente la cantidad de impugnaciones que vendrán luego del conteo de los votos que no se sabe cuándo terminará, deberá concluir que las elecciones dominicanas son todo menos un torneo cívico, donde la gente va a ganar o a perder en actitud democrática.
Cuando se vean los cambios y las inversiones que se deben realizar todos los años electorales para tratar de calmar el “síndrome del fraude” de partidos que saben no van a ganar, es para olvidarnos de eso y buscar otro método para gobernar este país.
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