Enfermedad nuestra
La desigual distribución del ingreso que se manifiesta en cada día más frecuentes y violentas manifestaciones en prácticamente toda América, es la enfermedad más cruel que afecta a nuestro Continente.
De ella no escapan naciones que, como Chile, son consideradas modelos de inclusión y desarrollo sostenido, al punto de que los chilenos se comparan con las naciones desarrolladas y no con los países del tercer mundo.
Pero el fenómeno también afecta a naciones con importantes recursos naturales como la Argentina, Brasil, Venezuela y México y, por supuesto, es palpable en países de menor desarrollo como los de Centroamérica y el Caribe, entre los cuales nos encontramos.
La consecuencia inmediata de esta desigualdad en el ingreso es la violencia que se expresa en inestabilidad política y mayores niveles de delincuencia y protestas caracterizadas por saqueos, destrucción de propiedad pública y privada y los infaltables muertos y heridos.
Todas las energías de nuestros pueblos debieran estar dedicadas a curarnos de esta enfermedad que es mortal para las sociedades.
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