Haití, otra vez...

Haití vuelve a tratar de salir de una crisis política artificial en la cual las potencias “amigas” de ese país no han podido, o no han querido, hacer nada por resolverla. No queremos ni imaginarnos su actitud si hubiese sido aquí.

El teatro político haitiano es bien conocido y muchas de las recurrentes crisis no tienen explicación, excepto por la actitud de una voraz élite política que se niega a llegar a acuerdos razonables en beneficio de ese país.

Aquí podríamos estar cocinando crisis similares de continuar este arrebato económico que son las campañas políticas.

Como nuestro vecino, la República Dominicana espera una solución satisfactoria a la crisis de gobernabilidad en Haití. Poco podemos hacer, pues una participación nuestra solo la exacerbaría, al agregar los prejuicios contra nuestro país a la crisis.

Haití es nuestro vecino para bien y para mal. Aplaudimos cualquier solución y debemos apoyar toda salida satisfactoria, pero debemos cuidarnos de que la crisis no se refleje en nosotros.