Individualismo y humanidad

El individualismo parece ser una de las enfermedades de los nuevos tiempos. El yo, lo mío, se impone al nosotros, a lo nuestro, y como la ley pertenece al ámbito de lo plural, los dominicanos en particular, preferimos ignorarla.

No es que desobedezcamos la ley, es simplemente que la ignoramos si choca con mis deseos o mis intereses de momento.

En ese individualismo se ha perdido hasta el sentido de la cortesía. Ya no se cede el paso al caminante ni al otro vehículo porque todos vamos por la vida como si el mundo se fuera a acabar en el próximo minuto.

El individualismo lo justifica todo siempre y cuando sea en nuestro provecho. Así, la corrupción no es “mala” si me beneficia, como tampoco lo es que toda mi familia ocupe posiciones el, o tenga becas de, el Gobierno.

Es la civilización del Yo con mayúsculas, una civilización en la cual las redes sociales han suplantado el contacto personal y la solidaridad es sustituida por un “like”.

Ese individualismo deshumanizante nos hace solitarios, poco solidarios y absolutamente egoístas. Una pena.