La gran tragedia

La gran tragedia dominicana es el tránsito. Los muertos y heridos equivalen casi a una guerra anual, y todo por la falta de cuidado de nuestros conductores, lo que la ley llama imprudencia, inadvertencia, e inobservancia de la ley.

Hay que insistir en medidas que están en la leyes y que no se aplican y el Procurador General de la República debe instruir a los fiscalizadores de Tránsito y a los de Juzgados de Paz a que califiquen como homicidio involuntario a todos aquellos que produzcan accidentes fatales mientras conducían bajo los efectos del alcohol o de las drogas.

Tenemos que acabar esta prisa que nos impulsa a rebasar por el carril contrario, a conducir imprudentemente, y a creer que el mundo se va a acabar si no estamos delante de la fila.

Hay que quitar licencias y aplicar penas severas a los que conduzcan sin ellas, sin mirar su condición social o económica.

Tenemos que acabar con esta gran epidemia que lleva tanto luto y dolor a la familia dominicana. Esta tragedia no puede esperar más.