La isla y el agua

Los 20,000 ríos que “vio” el padre Las Casas no existen más. Por siglos, las aguas de esos ríos se fueron al mar sin servir de mucho y cuando por fin comenzamos a procesarla, la desperdiciamos como si nunca se fuera a acabar.

Al agua la hemos agredido de muchas maneras: no protegemos las cuencas donde nacen; no la represamos para que sirvan a fines útiles, y no la cuidamos cuando llega a nuestras casas. El agua es para nosotros un objeto sin valor.

¡Y cuánto vale el agua!

Desde hace décadas se habla de la posibilidad de una crisis de agua en la isla que podría provocar incluso, conflictos armados. Haití prácticamente no tiene agua. Su principal río nace de este lado de la frontera y más de las tres cuartas partes de sus hogares no cuenta con agua corriente.

Si las condiciones de vida mejoraran en el país vecino, se incrementaría el consumo de agua a niveles que no tienen cómo suplirla. He ahí el dilema.

La advertencia del ministro de Medio Ambiente es para tomarla con la mayor seriedad por todo lo que está envuelto. El agua es vida. Démosle valor.