La seguridad estatal
Está en el tapete el tema de la seguridad en las diferentes dependencias del Estado, pues la tradición era que la misma estuviese garantizada por personal de las Fuerzas Armadas. Ahora, algunas dependencias dicen que ellas se encargarán de su propia seguridad.
El tema tiene muchos pro y contra.
Sabemos que se ha prestado a corrupción en el pasado, a premiar favores y que, en muchos casos, la vigilancia no ha sido efectiva, pero sería rechazado por la opinión pública que se destinaran dineros del 4 por ciento para la educación, por ejemplo, para comprar armas para entregarlas a vigilantes.
Por otra parte, el servicio privado sería mucho más costoso sin garantía de seguridad y peor todavía, el nombramiento del personal de seguridad de seguro tendría ribetes políticos. ¿Habrá una guerra civil cuando un ministro se niegue a dejar su puesto y se atrinchere con un ejército privado protegiéndolo?
Lo sensato es que se controle la designación de los encargados y se sea estricto en los deberes, para evitar la corrupción, pero no agregar un nuevo motivo de fricción en un país ya bastante dividido políticamente.
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