Manual de estilo

Al parecer, los funcionarios del Gobierno van a necesitar un manual de estilo para redactar sus discursos.

En verdad, pronunciar discursos casi todas las semanas debe ser bastante aburrido, sobre todo cuando se trata de obras similares, y cuando hay aburrimiento la tendencia es a cometer torpezas.

Para evitar las torpezas y luego que las redes se llenen de comentarios que degradan la imagen del funcionario, del presidente y del Gobierno, parece necesario crear ese libro de normas que incluiría aspectos como los siguientes: Dada la historia del país, evite el uso de palabras y frases como “benefactor” “patria nueva”, “perínclito varón”, “amado jefe”, “primer maestro”, “gran capitán o timonel” y “taumaturgo”.

Del mismo modo, hay que tener el sentido común, que en nuestros campos llaman prigilio, de no usar frases tan rimbombantes que causen vergüenza a quien van dirigidas y sienten mal a la audiencia, aunque aplauda.

De lo que se trata es que vivimos en democracia que, por definición, condena esas declaraciones lisonjeras e interesadas.